10:1–22. La gloria de Jehová le apareció por primera vez a Ezequiel en el capítulo 1, y lo preparó para el ministerio al que Dios lo había llamado. Ezequiel la ve de nuevo ahora pero en un contexto mucho menos placentero. En primer lugar, la gloria de Jehová, esa evidencia visible de su amorosa presencia, iba a abandonar el templo y la ciudad que lo había rechazado. En segundo lugar, la visión que Dios le mostró a Ezequiel le permitió ver que los carbones encendidos tomados de entre los querubines
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